Oro en Salto de Altura con 2.04m
La frase retumbó con fuerza: "Estoy harta de competir sin bandera ni himno. No estoy dispuesta a no poder participar en los Juegos Olímpicos de Tokio, como ya me pasó en Río, por culpa de una gente que no hace su trabajo con honradez". Maria Lasitskene no es una persona cualquiera en el mundo del atletismo. La rusa, de 26 años y especialista en salto en alto, es quien acaba de consagrarse como la mejor del mundo por tercera ocasión consecutiva. Campeona en Beijing 2015 y Londres 2017, la oriunda de Prokhladny festejó esta vez en el Mundial de Doha. Una celebración a medias, dado que no puede competir bajo la bandera de su país por la sanción que la Federación Internacional (IAAF) impuso sobre la federación rusa, sospechada por manipulaciones en las pruebas antidopaje.
Lasitskene, la mejor saltadora de su generación, terminó en Qatar con una altura de 2,04 metros, lo que le valió para superar en el podio a la ucraniana Yaroslava Mahuchikh (2,04, pero con más intentos), plata, y a la estadounidense Vashti Cunningham (2,00), que se quedó con el bronce. Desde 2017, Lasitskene es prácticamente invencible. Eleva ahora la cuenta a 45 victorias en 47 concursos en estas tres últimas temporadas.
Sin embargo, la batalla de Lasitskene apunta su mirada a los Juegos Olímpicos Tokio 2020. "Si nos vuelven a excluir de esta cita nos iremos a entrenar afuera del país para estar disponibles para los inspectores internacionales", remarcó la rusa recientemente. Su reclamo llegó después de que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) le diera tres semanas a la federación rusa para que aclare algunas incongruencias en los datos recabados en un laboratorio de Moscú, una situación que genera nuevas sospechas. "Rusia tiene que tener atletas y entrenadores limpios", recalcó la saltadora.
Rusia es hoy el país con mayor número de medallas perdidas por dopaje en el mundo, 49 preseas olímpicas. Ausente en Río 2016 por la sanción a su país, Lasitskene ampliará su reclamo si no tiene la chance de asistir a Tokio. "Pienso acudir, si hace falta, al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) de forma individual. Ya no somos los mismos que antes de Río. No pienso incluirme en una demanda colectiva", aseguró. "No tengo la intención de perderme los Juegos por segunda vez consecutiva como consecuencia de algunas personas raras que no saben hacer su trabajo honestamente", añadió.
Los atletas rusos volvieron a competir como neutrales en el presente Mundial de Atletismo de Doha. De este modo, figuran en Qatar sin escudo nacional en el pecho, no ven ondear la bandera nacional y, en caso de victoria como Lasitskene, no pueden escuchar el himno de su país en su honor. De hecho, la IAAF tomó la decisión de prolongar la suspensión de Rusia, vigente desde noviembre de 2015.
Lasitskene -de 1,82 metro y 60 kilogramos- es en la actualidad una de las atletas más destacadas. Este mismo año mejoró a 2,06 metros su marca personal, algo que no pudo igualar en Doha (probó tres veces con la barra de 2,08 metros, pero las derribó). De todas maneras, uno de sus principales objetivos es quebrar el récord mundial de la búlgara Stefka Kostadinova (2.09 metros).
Dado su éxito alrededor del mundo (es la primera mujer que suma tres oros mundiales en salto de altura), Lasitskene se convirtió en un símbolo del hartazgo de los atletas rusos que pregonan un deporte limpio. "Espero que las personas implicadas en esta vergüenza sin fin tengan el coraje de marcharse. No solamente los directivos, sino también todos estos entrenadores en activo que siguen pensando que sin doparse es imposible ganar", llegó a decir en su cuenta de Instagram.
Fuente: lanacion.com.ar
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